
Hace pocos días,
La Kaíta, una cantaora extremeña, en el teatro praguense Archa, ofreció un concierto acompañada de su grupo. El Archa es el teatro checo que más espectáculos flamencos de calidad organiza en nuestro país.

El día antes del concierto tuve la oportunidad de acompañar a todo el grupo en su visita a Praga, así pude hablar con ellos y conocer de primera mano detalles sobre el cante flamenco de Extremadura. Por ejemplo que La Kaíta no procede de la familia de Porrina de Badajoz, como pudimos leer aquí en algunas fuentes. Mientras, otro cantaor del grupo, Alejandro Vega, él sí que es uno de los descendientes del gran Porrina. Aunque no creo que sea tan importante para este recital, porque sabemos que las familias gitanas flamencas se reunían siempre. Y en el caso de Extremadura, las familias más significativas para la historia del flamenco fueron las de los Salazar, Suárez y Saavedra. Como se puede conocer también gracias a la colección
Rito y Geografía del Cante.

Si alguien dijo que el repertorio de La Kaíta está limitado a los cantes festeros, así la cantaora nos hizo ver que no es así, y nos cantaba también una
Soleá y unos
Fandangos. Lo que me confesó ella misma fue que no sabe mucho cantar
por Seguiriyas. Y me dijo también que le encantan las
Alegrías, mientras con Alejandro Vega estábamos recordando la pérdida del cantaor gaditano Chano Lobato, y que él lo quería mucho a Chano, y me confirmó que fue un gran artista y una gran persona.
Si alguien dijo que La Kaíta es solo una buena cantaora, así este día tenía que ser uno de sus grandes días. El recital de Praga tenía que ser con seguridad una de sus mejores actuaciones. No solo de ella, de todo el grupo, compuesto de los cuatro artistas extremeños: antes mencionados
La Kaíta y
Alejandro Vega, el bailaor
El Peregrino y el guitarrista
El Nene.

El recital fue presentado como el de la cantaora, pero tenía un gran apoyo también en otro cantaor,
Alejandro Vega, que me parecía, que cantaba quizá más tiempo y su arte debo destacar también. Demostró ser un buen cantaor, sin duda ninguna.
Los cantaores cantan mejor si hay una buena guitarra. En este caso, lo era la de El Nene, aunque para mí era un nombre poco conocido...Y no se puede olvidar al fantástico bailaor El Peregrino, que en su edad, si me acuerdo bien 67 años, podría enseñar todavía a muchos jóvenes... Nos dejó a todos casi con la boca abierta. Hizo ver a nosotros checos, que el flamenco no tiene ningún límite en cuanto la edad, y que el flamenco es mucho más que solo un arte.
Lo más importante para los artistas flamencos es conectar con el público. Estos artistas extremeños lo sabían ya desde el primero momento cuando salieron en el escenario. Y así lo supieron hacer bien durante todo el espectáculo. Han logrado a ganar de verdad una gran simpatía enfrente al público.

Se esperaba, se contaba que con los artistas de la Extremadura tenía que llegar a nuestro país un flamenco tradicional „extremeño”. Así, claro, no se pueden hacer las comparaciones con los más grandes que dio la historia del flamenco. Pero lo que esperábamos, ellos nos dieron ciento por ciento. Y estos artistas extremeños han logrado dar a los espectadores checos todavía mucho más. Nos han presentado de lleno su raza gitana cantaora, lo que los gitanos saben poner en el flamenco, esa alma gitana y muy flamenca. Mejor dicho, no es que sepan poner sus almas en el flamenco, es que el flamenco lo tienen ya en su sangre, que nacieron ya con el flamenco dentro.
En ningún momento nadie pudo pensar que algo había fingido o falso. Lo que nos han mostrado fue muy espontáneo, todo salía de sus corazones.Fue tan espontáneo como ese día antes del concierto, cuando hicimos un paseíto por Praga, y fuimos en metro y los artistas empezaron en el carro hacer unos palmas a compás. Alejandro empezó a cantar y La Kaíta a bailar un poquito. Los pasajeros no supieron bien qué ocurría... Y así La Kaíta empezó a gritar: “Flamenco, España, flamenco, España”. Más tarde les pregunté también: “¿Qué oiremos mañana, qué nos cantaréis?” Me han contestado Alejandro y La Kaíta casi al mismo tiempo: “Todavía no lo sabemos, depende cómo nos sentiremos.” Y Alejandro añadió: “Lo que nos salga desde aquí...” y con una mano marcó su corazón. Y añadió: “Lo que nos sale desde corazón...”
Y como me han dicho, así fue el espectáculo. Desde el principio hasta al fin nada preparado, sin un programa de donde pudimos leer alguna información. Me dio más la impresión de una fiesta privada. Nos han demostrado claramente qué es el flamenco, puro y jondo, con un fuerte duende gitano, con emociones puras, que sabían transmitir al público checo...O al menos a mí sin duda ninguna. Es verdad lo que me conmovió mucho todavía, que tuve enfrente a los extremeños. A los artistas que estuvieron tan cerca al gran cantaor Porrina de Badajoz, su mujer La Flora, Ramón El Portugués, o El Indio Gitano, La Marelu, El Guadiana...Me acordaba a todos estos que yo oí solo en las grabaciones, que yo conocí solo en los discos o vídeos...Y ahora, yo tuve enfrente a los representantes de esa famosa La Plaza Alta de Badajoz...Me acordaba de Camarón, que según mi opinión también tomó algo del cante extremeño...Me acordaba a Remedios Amaya, que aunque nació en Sevilla desciende de una familia extremeña y es la sobrina del cantaor Alejandro Vega...

Quizá el momento que me hizo casi llorar fue cuando Alejandro Vega empezó a cantar sus Jaleos extremeños, podría añadir los Jaleos largos...O cuando durante sus Tangos extremeños oí también ese estribillo, que conocía ya antes en una grabación:
Ahora dime tú
ahora dime tú
que ya no vivo en Las Cuestas,
que ahora vivo en el Gurugú...
Tenía en la cabeza todos esos nombres de La Plaza Alta y otras cosas más, y así para mí lo fue una vivencia muy fuerte y extraordinaria. Y no creo que solo para mí, porque ya se sabe que este grupo llegará en nuestro país otra vez...
Al fin, para completar todos los estilos que pudimos oír en este recital:
Seguiriya,
Jaleos extremeños,
Soleá,
Tangos extremeños,
Taranto,
Fandangos,
Rumbas y
Bulerías.
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