
En cuanto la purista que soy (si alguien lo llame así), por cierto mejor decir aficionada al flamenco tradicional, igual, el concierto de Dorantes no me lo pude perder. Aunque solo fuera por mi grandísima afición al flamenco de las familias de los Pinini y los Perrate. Es más, estas dos familias yo las considero en la historia del flamenco como el mejor ejemplo de las más grandes personalidades. Quiero decir, casi solo son una familia entre Lebrija y Utrera y ¡cuántas personalidades distintas ha dado al flamenco! Y lo digo con convicción y bien fuerte: ¡Es increíble!
Hablando de otros artistas en la actualidad, uno vive en Madrid, otro en Barcelona, otro en Sevilla… Pero suenan "igual", van por ese mismo camino… Y como escribo arriba: los Pinini, los Perrate… casi una familia, el mismo lugar, la misma cuna… Y solo puedo suspirar hondo, hacer otro olé de entusiasmo y preguntarme: ¿Cómo es posible?
¿Y por qué fui al concierto de Dorantes? Muchos de sus antecedentes de la familia tienen esa fama de importantes artistas, pero no cabe la menor duda de que Dorantes se convirtió en un gran artista no por ellos, por sus propios méritos. Dorantes para la historia del flamenco solo ha aumentado el número de los grandes artistas que proceden de estas familias. Ahora no sabría indicar precisamente si es más de Los Pinini, por su apellido Peña, o si de los Perrate por su abuela María La Perrata. Creo que no es tan importante. Lo más importante es que Dorantes se hizo un artista de primera por su propio arte, presentado con el nombre artístico Dorantes y no por otro motivo.
La información de su concierto en Praga me ha conmovido muchísimo. Fue para mí de verdad una gran sorpresa. Cuánto se lo agradezco al organizador que lo trajo por aquí, a nuestro país. De otro lado me hizo un poco triste que el organizador de su actuación praguense era del mundo de jazz. Así ocurrió que a nosotros del mundo flamenco llegó esta noticia con mucho retraso, solo una semana antes de su concierto. Se hizo en un pequeño teatro e igual el teatro no se llenó, solo de tres cuartos. Pienso que el nombre de este artista no es aquí conocido tanto en el mundo de jazz como en el mundo de flamenco. También no se debe olvidar que no somos Francia, ni Japón y que nuestro mundo del flamenco es un mundo muy pequeño. Yo añadiría que con los conocimientos sobre el flamenco estamos siempre solo en los principios. Además ese mismo día, 6 mayo 2011, había en la televisión un partido del hockey muy importante. Como España es un país de fútbol, el nuestro es muy de hockey sobre hielo.

Dorantes con su grupo no se debe preocupar ni mucho menos que no vino tanta gente al teatro, porque este hecho no tuvo absolutamente nada que ver con sus calidades o con su arte como con esas otras razones. Y nosotros que hemos llegado se lo hemos recompensado a él bastante. Recibió un gran aplauso como si el teatro hubiera estado llenísimo. Lo recibió no solo después del concierto, pero muchas veces también durante las singulares composiciones, entre cuales reconocí por ejemplo Orobroy y Semblanzas de un río.

En este momento sonrío, porque aunque era su primera actuación en Praga y pudo interpretar para nosotros las obras viejas sin ningún problema, creo que deseaba presentar también aquí uno de sus nuevos programas, nuevas composiciones, pero Orobroy es una composición vieja de casi quince años. Puede ser que lo tocaba a mi deseo, se lo dije yo antes del concierto, que me gustaría tanto oír su Orobroy en vivo...E hice muy bien. Por cierto él hizo mucho más bien porque sí, lo tocó. Aunque aquí sin los niños, sin un violín, Orobroy no perdió nada de su belleza. Esta su obra maravillosa nunca perderá nada de su belleza, de su encanto...En el piano de Dorantes hay y habrá siempre mucha sensibilidad, mucha alma...
Además, para mí Dorantes es uno de los pocos en el flamenco actual que pueden permitirse hacer fusiones, mezclar el flamenco con otros géneros. Uno de los pocos artistas en quienes yo confío, igual como por ejemplo en su tío El Lebrijano, porque sé que Dorantes lleva el flamenco en la sangre, ya por su gran familia, conoce perfectamente el flamenco tradicional, su base, lo tiene en toda su piel, nació rodeado del flamenco por derecho. Sí, confío en sus fusiones. Yo conozco su música no solo por sus propios discos, pero también de los discos de otros artistas con quienes ha colaborado, como por ejemplo El Pele, Esperanza Fernández, El Lebrijano, o por el DVD con un magnífico espectáculo “Pasión y Ley“, de Antonio El Pipa… Y otros.

El éxito que tuvo este concierto de Praga no fue sólo por la gran interpretación del maestro Dorantes. Sus dos compañeros, el percusionista Tete Peña, su primo, y Yelsie Heredia, contrabajista, contribuyeron a dicho éxito con unas estupendas interpretaciones, haciendo los tres un verdadero conjunto de arte y perfección.
Los checos del mundo flamenco que no iban al concierto de Dorantes pueden ahora solo tener una gran lástima, porque han perdido la actuación de un artista de primera talla, de máximo nivel. De ese nivel de que pudimos ver en nuestro país siempre tan pocos artistas flamencos.
Y nosotros, que hemos visto el concierto, quedamos ahora solo felices y muy estusiasmados, con mucho agradecimiento al organizador, que tuvo esa apreciable idea de invitar a Dorantes, al gran maestro del piano flamenco.
Hablando de otros artistas en la actualidad, uno vive en Madrid, otro en Barcelona, otro en Sevilla… Pero suenan "igual", van por ese mismo camino… Y como escribo arriba: los Pinini, los Perrate… casi una familia, el mismo lugar, la misma cuna… Y solo puedo suspirar hondo, hacer otro olé de entusiasmo y preguntarme: ¿Cómo es posible?

La información de su concierto en Praga me ha conmovido muchísimo. Fue para mí de verdad una gran sorpresa. Cuánto se lo agradezco al organizador que lo trajo por aquí, a nuestro país. De otro lado me hizo un poco triste que el organizador de su actuación praguense era del mundo de jazz. Así ocurrió que a nosotros del mundo flamenco llegó esta noticia con mucho retraso, solo una semana antes de su concierto. Se hizo en un pequeño teatro e igual el teatro no se llenó, solo de tres cuartos. Pienso que el nombre de este artista no es aquí conocido tanto en el mundo de jazz como en el mundo de flamenco. También no se debe olvidar que no somos Francia, ni Japón y que nuestro mundo del flamenco es un mundo muy pequeño. Yo añadiría que con los conocimientos sobre el flamenco estamos siempre solo en los principios. Además ese mismo día, 6 mayo 2011, había en la televisión un partido del hockey muy importante. Como España es un país de fútbol, el nuestro es muy de hockey sobre hielo.

Dorantes con su grupo no se debe preocupar ni mucho menos que no vino tanta gente al teatro, porque este hecho no tuvo absolutamente nada que ver con sus calidades o con su arte como con esas otras razones. Y nosotros que hemos llegado se lo hemos recompensado a él bastante. Recibió un gran aplauso como si el teatro hubiera estado llenísimo. Lo recibió no solo después del concierto, pero muchas veces también durante las singulares composiciones, entre cuales reconocí por ejemplo Orobroy y Semblanzas de un río.

En este momento sonrío, porque aunque era su primera actuación en Praga y pudo interpretar para nosotros las obras viejas sin ningún problema, creo que deseaba presentar también aquí uno de sus nuevos programas, nuevas composiciones, pero Orobroy es una composición vieja de casi quince años. Puede ser que lo tocaba a mi deseo, se lo dije yo antes del concierto, que me gustaría tanto oír su Orobroy en vivo...E hice muy bien. Por cierto él hizo mucho más bien porque sí, lo tocó. Aunque aquí sin los niños, sin un violín, Orobroy no perdió nada de su belleza. Esta su obra maravillosa nunca perderá nada de su belleza, de su encanto...En el piano de Dorantes hay y habrá siempre mucha sensibilidad, mucha alma...


El éxito que tuvo este concierto de Praga no fue sólo por la gran interpretación del maestro Dorantes. Sus dos compañeros, el percusionista Tete Peña, su primo, y Yelsie Heredia, contrabajista, contribuyeron a dicho éxito con unas estupendas interpretaciones, haciendo los tres un verdadero conjunto de arte y perfección.
Los checos del mundo flamenco que no iban al concierto de Dorantes pueden ahora solo tener una gran lástima, porque han perdido la actuación de un artista de primera talla, de máximo nivel. De ese nivel de que pudimos ver en nuestro país siempre tan pocos artistas flamencos.
Y nosotros, que hemos visto el concierto, quedamos ahora solo felices y muy estusiasmados, con mucho agradecimiento al organizador, que tuvo esa apreciable idea de invitar a Dorantes, al gran maestro del piano flamenco.

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